martes, 10 de marzo de 2009

POEMAS FESTIVOS EN LA RANA ROJA

































POEMAS FESTIVOS Y CHISPEANTES

A la redacción de la eximia revista "La Rana Roja" llegaron espontáneamente poemas semi satíricos, muy graciosos, humorísticos, glosando situaciones y hechos con gracia, salero y chispa. Otros, los pescamos ahí y allá y formamos la presente antología que hará la delicia del ciberlector. Magnífico para iniciar esta sección, el poema festivo de Sebastián Martínez Castro, residente de Irapuato, Gto.


EL CHEQUEO MÉDICO

Si eres un tipo feliz
sin temores y sin miedos,
no se te ocurra jamás,
ir a hacerte un chequeo,
pues ahí te vas a enterar
-sin siquiera suponerlo-
que estás en la cuenta última
aunque te cueste creerlo.

Seguro van a decirte
que te sobran triglicéridos
acompañados de lípidos
sin colesterol del bueno;
que debido a los ateromas,
que ellos van produciéndote,
tienes toda la cañería
tapada de medio a medio,
que preanuncia un infarto,
que llegará en poco tiempo.

También te puede ocurrir
que te encuentren un bloqueo,
o una elongación de aorta
que no augura nada bueno.
Taquicardia poco usual
que hay que parar a tiempo
o una isquemia de cuidado
en el ventrículo izquierdo.

Son enormes las variantes
que pueden darte un chequeo,
todo es cuestión del color
del cristal de tu galeno:
irritación en el colon,
irritación en el recto,
que el intestino delgado
no absorbe los alimentos;
excesos de fosfatasas
o carencia de anticuerpos;
que puedes tener mareos
por culpa del oído medio;
enfisema pulmonar
úlcera en el duodeno,
insuficiencia renal,
cálculos en el colédoco
y hasta te pueden decir,
aunque no entiendas un bledo,
de una falla en el ácido
desoxirribonucleico.

Y aunque te sientas fenómeno
y se lo expliques al médico,
tienes que aceptarlo todo
porque lo dice el chequeo.
Lo que más te va a asombrar,
a pesar de ser un lego,
es la gran similitud
de todos los tratamientos.
Al márgen, claro está,
en cuanto a medicamentos:
una dieta hiposódica,
andar kilómetro y medio,
nada de carnes rojas
ni de embutidos ni quesos.
Si pescado, sólo hervido,
tal vez pollo, pero sin cuero.

Tendrás que decirle adiós
a tus grandes compañeros:
al whisky y el cigarrillo
y hasta el cafecito negro.
Pero lo que falla a la razón
es que antes del cotejo
te sentías muy Tarzán,
sobre cualquier cabrón.

Anímate, no seas pendejo,
estás listo para el chequeo
si no lo tomas en serio.

Por eso querido amigo,
aconsejarte me atrevo:
si eres un tipo feliz,
sin temores y sin miedos,
manda a la verga esa idea
¡Y nunca vayas al chequeo!
La Rana Roja Num. 3 Oct-15-05



De MAGNO Y BENJAMÍN GARCIMARRERO
(Dos xalapeños, dícese jalapitos) Magno

PECADO
Desde que cumplí sesenta años,
el pecado de la carne
lo cometo comiendo bisteces


ESQUELA
Hoy asisto al sepelio de mi pene
que se murió de veras
lo digo aunque me apene,
no fue muerte violenta
sino lenta y perenne.

Que no se entienda mal,
no es un entierro
al que ocurro
es todo lo contrario:
ya muerto
no hay modo de enterrarlo.

Que se ha muerto mi pito
Les repito.

Dadle un beso en la frente
Al difuntito

INCOMPETENCIA

Tu afán de darme celos
no es casual ni fortuito
es el juego proscrito
de dudas y recelos
tan manido y refrito,
por eso te repito
desde mis desconsuelos,
a mi edad los desvelos
de amor, ya son un mito,
te amo sin paralelos
pero ya no compito.
Magno Garcimarrero
La Rana Roja Num. 11 Agosto-1-06


Magno Garcimarrero es picapleitos en Xalapa, como su hermano Benjamín. Ambos son gemelos idénticos, de bebés se parecían como un chimpancé a otro. Ya de adultos sus fisonomías y cuerpos acusan sutiles diferencias, pero su sentido del humor es único. A Magno le han publicado varios libros, a Benjamín tan sólo uno. Y ninguno es de leyes, sino de poesía y prosa satírica. Del buen humor, en Xalapa son los reyes.

Quiero morir crucificado
sobre la cruz de tus brazos abiertos.
Dando el frente a tus ojos
y la espalda al cielo.

Morir
Con el único clavo martillado
En el centro de todo tu universo.

Morir
Envuelto en el sudario de tu vello;
sepultado en tu cuerpo
y ascender la cima de tus senos
Que son: gloria e infierno.
Benjamín Garcimarrero –Noviembre de 1989.
La Rana Roja Num. 11 Agosto-1-06


Del decimista Carlos Pérez de la colonia Polvorín del 3H Puerto, reproducimos el siguiente producto de su ingenio.

Club de pájaros caídos
que ya no inspiran amor,
vivieron tiempo mejor
hoy están entristecidos,
Todos aguados, jodidos
sólo sirven para miar,
los deben de jubilar
basta de hacerse pendejos,
con esos pinches pellejos
cansados de fornicar.

Sólo si mueres temprano
como dijo don Ambrosio,
no llegarás a ser socio



Resulta que a Alfonso Reyes le gustaba mucho el chupecín y que compuso no pocos versos al trago, convirtiéndose así en nuestro Omar Khayyam tepuja.
La selección poética se debe al cocinero mayor del Circo Ataibo, el rey de la fabada Paco Ignacio Ataibo I, quien nos dice:”Esta no es un antología de sus versos, sino una vendimia entre poemas. Como aquí sólo nos interesa el vino, tomaremos algunos fragmentos de poemas y aun fragmentos de sonetos” :

VIÑAS PAGANAS
Viajero: detén tu marcha veloz;
la viña es aquí, si anhelas beber,
si anhelas oír mi jónica voz
que canta placer.

La calma rural te brinda el vergel,
te brinda la vid su ardiente licor,
te brinda el panal un sorbo de miel:
yo te brindo amor.

Mis labios mojó el vino cordial,
con quien al beso doy sabor y salud,
y late en mi sien la sabia vernal
de la juventud.

Sobre el azahar nevado de abril
la madre común el seno oprimió:
como libación lozana y gentil
su leche virtió.

Y brinda el vergel
la calma rural
y un sorbo de miel
ofrece el panal.

En mis huertos hay un rústico dios
que al canto de Pan imita el vaivén,
y tiene la faz de sátiro, y dos
pitones también.

***

Que algún doctor en amor
no me venga con regaños;
parece que digo mucho,
pero es más lo que me callo.
¡Cuando salí de mi tierra,
no se me había casado,
y era torre sin escudo
o mejor, vino sellado!

¡ ***
Los poetas, los poetas
-qué cosa tan singular-
beben su vino de gallo
y lo duermen hasta el mar.

***

La verdad baja del vino
vestida de hojas de parra;
como es indiscreción,
quieren esconderla en agua.

***
¡Ay Salambó, Salambona,
ya probé de tu persona!
¿Y sabes a lo que sabes?
Sabes a piña y a miel,
sabes a vino de dátiles,
a naranja y a clavel,
a canela y azafrán,
a cacao y a café,
a perejil y a tomillo,
a higo blando y dura nuez.
Sabes a yerba mojada,
sabes al amanecer.

***

Te quiero como la retina bebe la luz
te quiero como espera el paladar el
trago.
Te quiero como la oreja busca el silencio;
como acude la mano al asa de la jarra.

***

¡Oh, vino soberano
que un día me embriagaste para siempre!
¡Nunca probara yo de tu delirio,
y no me persiguiera
la indignada caterva de mi madre!
Uno vende metales, y otro vinos:
los vinos, chirles; los metales, vanos.
Y, aunque se los disfrace, los villanos
conservan siempre su aire de porcinos.

***
El mosto deja para el barbilindo
y prefiere la copa en que te brindo
licor de tantos cónsules añejo.
Y a ver si hay quien ose discutirme:
no han nada más sólido abrazo ni más firme
que el abrazo de un viejo y otro viejo.

***
La canción de la flauta oíd,
hombres, escuchad la canción sin lira
a la cual Dionisio, dios de la vid
y dios de la llama, delira.

***
Me voy quedando sin más compañía
que las reliquias y que los retratos.
¡Claras memorias, dulcísimos ratos!
Ya el vino viejo se acaba, y no cría
la viña nueva el sabor que solía
¡Gratas lecturas, gustosos palique!
Todos los entienden sin que yo lo
explique.
La Rana Roja Num. 18 Enero-13-07

Entre los poetas que reseña el libro Lira de San Andrés y de los Tuxtlas, de Ángel José Fernández y José Lobillo, investigadores de TC en la Universidad Veracruzana y motores potentes del Instituto Veracruzano de Cultura (editor del libro), la Rana Roja dio felizmente con un par que cultivó la sátira benévola o el humorismo sutil. Ellos son:
Marta Boettiger de Álvarez

NUNCA me había atrevido
a escribir un soneto,
porque siempre he tenido
a los catorce versos, gran respeto.

Mas ya que tú has querido
que lo escriba, me meto
en el lío consabido…
¡Y a ver como salgo del aprieto!

Que esto de sujetarse
a la métrica, es duro,
y la cabeza hay que calentarse

para salir airoso del apuro,
y al final, no enredarse,
como ya me enredé, te lo aseguro.
La Rana Roja Num. 27 Julio-10-07


León Medel y Alvarado

A mi novia, ¡mucha pieza!
(Humorística)

PUEDE causarte extrañeza
mi confesión, que no asombre;
pero juro por mi nombre
que mi novia es…¡Mucha pieza!

Su huella tiene impresa
el espejo y la ventana;
y para cortar “la lana”
es mi novia…¡Mucha pieza!

¿Limpiar trastos? En la mesa;
¿remendar? No sabe tanto;
pero el día de su santo
es mi novia….¡Mucha pieza!

Gasta siempre con largueza.
economiza muy poco;
para reírse de un loco
es mi novia…¡Mucha pieza!

Si marcho, finge tristeza,
si me quedo, no la aguanto;
para hastiarme con su canto
es mi novia…¡Mucha pieza!

Su ardiente amor me confiesa
si la visito y no le hablo;
por la estampa de san Pablo
que mi novia es…¡Mucha pieza!

El chisme con la pereza
son sus bellas cualidades;
entre muchas nulidades
es mi novia…¡Mucha pieza!

Y parecerá llaneza
pero esto tiene bemoles,
para todo ¡caracoles!
es mi novia…¡Mucha pieza!

Si le duele la cabeza
o enferma del resfriado;
se queja con su adorado
que también es…¡Mucha pieza!
La Rana Roja Num. 27 Julio-10-07


A un eunuco
(que no firma sus insultos)

OCULTA a la luz de Febo
se oye otra vez, la gallina
cacaraqueando de nuevo,
en el nido…¡Sin un huevo
y ensuciando la cocina!

¿Será que siente desgano
porque tenga escueto el buche;
y busca que algún marr…ciano
su cloquera de villano
le socorra o que le escuche?

Que vaya a buscar boñiga
si el hambre ya le acomete;
que se llene la barriga
y cuando sienta fatiga,
que mire en donde se mete.

Otro adiós
(Soneto de –disílabos-)
Te vi,
Te amé;
soñé
por ti.

Me fui.
No sé
por qué
volví.

Mas hoy,
al ver
que soy

de ayer,
me voy.
¿Qué hacer?
La Rana Roja Num. 27 Julio-10-07


Antonio Salgado Herrera es el autor de Las cábulas de Sexopo (Ed. de autor, 2001). Enterado de que la RR se dedica a difundir la sátira de habla hispana nos dedicó un ejemplar otorgando su venia para que reprodujéramos cuantas cábulas nos plugiera. El buen Toño dice que: “Las cábulas de Sexopo de ninguna manera quieren ser irreverentes o blasfemas, ya que son para adultos de muy amplio criterio, quedando fuera de contexto los mojigatos, rezanderos, timoratos, clericales, mochos y confesionales, lo mismo que todas esas almas asustadizas, victorianas y decimonónicas, de moral bastante fijada en las cosas del sexo”. En suma, no son para esos taimados seguidores de Feli-pillo.
Hemos seleccionados algunas.


Cábula dedicada a las pompas, ricas pompas de algunas afortunadas mujeres:

Al varón Dios favorece
con las pompas que merece…

Para el goce de los hombres
dio la vida pompas ricas,
pero por su variedad
la selección esta jija…

Unas son como “Tarea”
-dijo el libertino Arechas-
simplemente porque son,
planas, planas y mal hechas.

Otra son, dijo con sorna
el pachanguero Lanadas,
cual tesoro de Corsario:
“Están muy bien enterradas…”

Otra son, dijo Juan Prida,
-un tenorio de arrabal-,
“Son cual cebolla partida:
nada más te hacen llorar…”

Otra son, -dijo el tenorio
Juan Casanova y Chamir-,
“Como cara de payaso:
las ves y te hacen reír…”


Otra son, dijo Juan Nila,
-un porro de Las Catadas-:
“Como mango de Manila:
amarillas y chupadas…”

Lo que el buen juicio aconseja
no es puntacho de los peores;
las que traiga nuestra nena,
esas…: ¡esas son las mejores!
La Rana Roja Num. 27 Julio-10-07


Cábula sobre el buen entendedor:

La mujer suele entender
eso que es su menester…


EL LETRERO EN LA PUERTA

El soltero Juan Fajardo,
dueño de una mente despierta,
porque así lo requería
puso un letrero en la puerta:

Solicito un muchacha
joven, linda y hacendosa,
que: de toda la que uso,
lave la ropa, y la cosa.

Esto lo digo a las nenas
pa’que lo entiendan las criadas.
porque el buen encendedor
requiere pocas talladas.

El mensaje del anuncio
tiene un chanfle retozón,
para que lo entienda Claudia,
Robustiana o Concepción.
La Rana Roja Num. 28 Julio-30-07

Cábula sobre las relaciones peligrosas entre un mono y un ave:
Cuando un mono pide algo,
sin duda da en qué pensar…

El mono y el pájaro
Taca-tiqui-tacatá
Cual infalible troquel,
el pájaro carpintero
perfora en el oyamel.

Y justo enfrente de él
se hace columpio un macaco,
sin importar que se espera
el terrible huracán “Graco”.

-Cómo serás de “matado”
(dijo el primate al volátil),
-Pues fabrico mi casita,
como que sé, que soy frágil.

-Sin embargo yo me plazco
devorando mi maní.
y no existe temporal
que pueda espantarme a mí…

Taca-tiqui-tacatá…
seguía aquel con su tarea,
hasta que pudo ocupar,
su casita, nada fea.

Cuando llegó el huracán
el simio se acobardó:
-Déjame entrar, pajarito…
-¡No, no no! Que ¡No, no y no!

Dice la moraleja
algo que no enmienda un cácaro:
“Mientras más se moja el chango,
más duro se pone el pájaro…”
La Rana Roja Num. 29 Agosto-30-07



De Efraín Huerta (1914-1982), una selección de sus Poemínimos; en algunos anotamos la fecha de su publicación:

AY POETA
Primero
que nada
me complace
enormísimamente
ser
un buen
poeta
de segunda
del tercer mundo

JURAMENTO
Juro
que
viviré
hasta
mediados
del 70
para poder
beberme
a gusto
la
Copa del Mundo
Nov-13-1969

RECADO
A las
honorables
Autoridades
Marítimas
Celestes
y Terrestres:
“No
se culpe
a nadie
de
mi
vida”
Enero-7-1970

DOS
Me
gusta
beber
dignamente
acompañado.
Es decir
solo
y
mi alma

HANDICAP
No puedo
dejar
de
escribir
porque
si me
detengo
me alcanzo

DISTANCIA
Del
Dicho
al
Lecho
hay
mucho
Trecho.

PLAGIO XVII
La que
quiera
Azul
Celeste
que
se
acueste
Enero-19-1971

TANGO
Hoy
Amanecí
dichosamente
herido
de
muerte
natural

PLAGIO XVIII
Nadie
sabe
para
quien
se
casa

CABALLO
Pido
permiso
para
dormir
esta
noche
a
rienda
suelta
Junio-30-1969

ORACIÓN
Sufro
bonitamente
líbreme
Dios
de los
malos
sufrimientos
Agosto-20-1969

¡CUÁS!
No fue
una separación
ni siquiera
un desgarramiento
simplemente
me dijo
que me fuera mucho
pero muchísimo
hacia
los confines
de ninguna
parte
La Rana Roja Num. 27 Julio-10-07


De Arturo Terán y Mendoza, de cuyo libro El destino del salmón (Ed. Fridaura, México, 2007), hemos tomado el siguiente poema:

EL DESTINO DEL SALMÓN
Nos gustaba correr tras los trolebuses,
insultarlos desde la acera
como si gritáramos contra la injusticia.

Era memorable que cubiertos de polvo
nos aventáramos encima los libros inútiles
al finalizar el año,
mientras atisbábamos entre las rendijas
de nuestras propias represiones
el sexo imaginado.

Nos dimos cuenta que envejecíamos.
Empezamos a beber cerveza los fines de semana
y a buscar mujeres;
llegó un tiempo en que fue necesario trabajar
lo que ya era bastante
porque todo tiene siempre su parte trágica.

Fueron tiempos necios y rabiosos,
para entonces la modernidad
nos exigía currículo, títulos,
técnicas razones de ser importantes
en un país de poca importancia.

El tiempo nos había alcanzado
con su semiótica profana,
casi profética,
sus muy institucionales alcantarillas negras,
monstruos de sevicia mitológica celular en mano
o con placas conmemorativas del orden.

Nos dimos cuenta de la gran broma,
nunca como entonces
el que reía al último
era quien alcanzaba
los más altos raitings de popularidad.

Quedamos convencidos de que lo mejor
era quedarse viendo el peor programa
de la televisión
o angustiarnos severamente
por el destino de la Selección Nacional.

Teníamos algo incompleto
en nuestros corazones que acabamos vaciándonos
con rutinas gratificantes;
las mujeres abandonaron hastiadas la soledad
que circundaba nuestras sombras.
Solos, nuevamente,
posponíamos el salto definitivo en nuestras vidas,
entregados al obcecado tirano de nuestras manías
ºla irrealidad sólo esperó a que le abrieran la puerta,
para echarse sobre el terso tapete de Bienvenidos.

Resistir es la calve,
bregar río arriba con espíritu de semental,
continuar la obra de otros,
dejar inconclusa la nuestra,
que ya otros vendrán
y harán del cauce su vida.

Heredamos dramáticamente
el destino del salmón.
La Rana Roja Num. 39 Enero-24-08

De Sergio García Díaz, afamado Coyote que habita en las tolvaneras de Nezayork

INSEPULTO
Me da asco
el cadáver
podrido
que goza
en sus miasmas
de insignificante poder.

Me da asco
su andar de ciego lastimero
hundiendo su báculo
entre el estiércol de su
nimio poder.

Me da asco
su presente
y su pasado vendido
por un plato de lentejas
se conforma
con una migaja de poder.

DOLOR DE MUELAS
Pienso en el dolor de muelas
ellas protestan
y las tengo que llevar
al dentista
¿cuándo las habré descuidado para
que hoy me retribuyan generosamente?
Que delicioso es morderlo todo:
nueces, huesos de capulín, habas fritas,
piñones
y ahora no puedo ni morder el aire
ni mascar el agua
ni saborear tus besos.
La Rana Roja Num. 44 Marzo-3-08


De Angélica García Santa Olaya fue antologada en Calemburetruécanos (Ediciones Libera,2004) de Fernando Reyes.

INMOLACIÓN
Quiero romperle los huesos
a los adjetivos que te regalé un día
descoyuntar el nosotros
y arrojar la conjunción
del tú y yo al bote de la basura…

mi sueño navega sonámbulo
en un mar de sustantivos
plomo verbal
verborrea ardiente

que taladra mis oídos,

hoy
quiero partirle su madre a la gramática
La Rana Roja Num. 45 Marzo-11-08

DÍA INTERNACIONAL DE LA POESÍA SIN LUCERO BALCAZAR Y SU BOX-QUE QUE LA ACOMPAÑA
Hoy he amanecido más luciérnaga que nunca
y (estoy segura) he visto cabalgar y suspirar
a un perro y una perra enamorándose
en este sopor verde fosforescente de mi montaña.
Pero de lo que estoy más segura
escritor satírico Gónzalo Martré
es que en mi pueblo hoy,
no florecerá la poesía
¿Por qué iba a florecerese "algo"
tan intangible como es la poesía
y en medio de tanto materialismo y...y...y......
franquicias polítiqueras?
en medio de tanta arena grava,
varilla y cemento
La poesía no compra rolex
La poesía no oxigena melenas arrepentidas
La Poesía amigo Martré-lo hemos platicado tanto-
no duerme en limusinas porque
la poesía es un chiste incómodo
para los prósperos señores diputados
y c...senadores
Desde anoche -dice el internet-
y Radio Reloj al unísono,
darán en La Habana y en toda Cuba
SERENATA A SU MAJESTAD: LA NIÑA POESÍA
Y yo Martré no estaré ahí
(de éso ya no estoy tan segura)
con mi pedacito de luz
En cambio sí estoy aquíen este BOX-QUE
que me ignora(como dice Efraín Huerta)
"porque saben que soy poeta"
Pero de lo que SÍ estoy seguraMartré,
México Armando Cristobal Pérez,
Cuba Frank Upierre Casellas,
Moscú Gabriel Impaglione, Susana Lizzi,
Argentina Ada Galano,
Italia, es que en mi pueblo
dónde llueve canto y llanto
hoy no florecerá la poesía.
La Rana Roja Num. 47 Abril-1-08


De Luís G. Urbina:
Macarina ¿qué pasó?
¿qué sucedió Macarina?
¡Deme usted el conqueroina
para el conqueorino yo!
La Rana Roja Num. 47 Abril-1-08


Mardonio Sinta (1929-1990) a decir de los tuxtlecos es el seudónimo que escogió Francisco Hernández para firmar algunas coplas de estilo jarocho:

Con tu vestido de lino
y tus perlitas al cuello,
te descubro en el camino
como un oscuro destello.

Tiene tu voz, con su timbre,
las resonancias más tiernas.
En dos sillones de mimbre
déjame abrirte las piernas.

Tu cabello se demora
en los dedos de la tarde.
Siempre le das a la hora
el minuto donde arde.

Desnudo sobre un abrigo,
sobre un abrigo de pieles,
pienso que al estar contigo…
¡más me gustan las infieles!

*

El brillo de tu mirada
me trajo el amor de nuevo.
Quiero verte bien casada
pero el cura te lo debo.
No te quites los calzones
para jugar en la cama.
Poco entiendo de razones
si tu desnudez me llama.

Te canto con voz clarita
porque me salvas la vida.
Todo a ti me precipita
como una flor encendida.

Ay corazón malherido,
quítame la soledad.
Sólo una cosa te pido
partida por la mitad.

Un gallo al amanecer
me dijo muy cantador:
se tiene que padecer
en el corral del amor.

Un canario iluminado
me lo dijo en el oído:
-Si no estás enamorado
vivir no tiene sentido.

En el mar de Veracruz
vuelas como una gaviota.
En ti se baña la luz
y el jarocho ni lo nota.

En el mar de Montepío
te voy a abrazar nadando.
Tu nombre resulta un río
que crece si estás llorando.

Ay corazón dividido.
boquita que viene y va.
Sólo una cosa te pido,
¡y tú sabes donde está!
La Rana Roja Num. 48 Abril-15-08


De Sebastián Martínez Castro:

¡¡ORACIÓN EFECTIVISIMA!!
San Viernes divino
San Viernes amado
cuida mi intestino
el grueso y delgado.
Protege mi pancreas
beba lo que beba
que no sea esta noche
mi Ultima peda.
Mi hi­gado encomiendo
a tu Santa mano,
y lo que estoy bebiendo
lo orine sin daño.
Permite que no se nuble mi vista
y que al caminar no me caiga en la pista.
Que al pagar la cuenta
cuides mucho mi dinero
porque tengo unos amigos
que no dan ni pa'l mesero.
Y al salir del bar
no me desampares
por que si manejo
me parto la madre.
Permi­teme ver la luz al otro di­a,
pero que no sea tirado en la esquina.
Lí­brame del vomito diarrea y jaqueca,
qui­tame la agrura y la boca reseca.
Dame el poder de hablarle a un niño
solo te pido que no sea feo
Permi­teme concentrar mi ruta
y camino porque luego no recuerdo
ni donde me orino.
San viernes bendito
te invoco a mi lado
para poder llegar
a la peda del sabado.
Que así sea.
La Rana Roja Num. 49 Mayo-1-08

UN RETRATO DE DAMA EN TONO SATÍRICO
INFORMANTE: María Barbas Manjón (Navas de San Juan, Jaén)
RECOGIDO POR: Juan Ignacio Pérez
Tengo una novia, señores,
que si la presento os vais a pasmar,
con un sinfín de defectos
que ahora en secreto
voy a explicar.
Tiene las patas torcidas,
le falta una oreja,
no tiene nariz y si la ves cuando anda
parece una gamba
la pobre infeliz
Está más seca que una anguila,
le falta medio pulmón
y cuando me besa la boca
le echa una peste a cebolla
que me entra el sarampión.
La Rana Roja Num. 57 Septiembre-1-08


Tres sonetos de Raúl Renán publicados en su libro homenaje con motivo de su 80º natalicio:

SONETO MONORRIMO
Escabullizo
erizo
se hizo
monoliso.

Así lo quiso:
rojizo
el rizo
coquetizo;

friso
inciso
y cacarizo,

y el viso
trizo
y circunsiso.


SONETO RUIDO
Zas
Tan
Pan
Raz

Tras
Talán
Ran
Pas

Zum
Rin
Pum

Tilín
Cajum
Chin

SON SONETO
Son
sin
fin
y con.

Fin
con
son
y sin.


Fin
sin
son.

Son
con
sin.
La Rana Roja Num. 62 Noviembre-15-08


De Eduardo Ribé

EL EPITAFIO DE LOS POETAS

Eran las seis de la mañana
cuando se registraron los hechos;
una despiadada banda de malhechores
tomó por asalto
una importante librería
del centro de la ciudad.

Los libros, acorralados en una esquina,
castañeando las páginas,
sólo encontraron una alternativa
a tan terrible situación;
el primero en ponerse de pie,
muy propio él, fue Miguel de Unamuno:
Al secuestrar, secuestrador, quedas preso
de tu secuestro,
mas así te escapas del peso
de tu pronto arresto.

Los asaltantes se miraron entre sí,
enarcaron dudosas cejas
y procedieron a darle un cachazo
a don Miguel en plena oreja.
“No sea mamón” dijo uno de ellos.
Indignada ante la fiereza de los forajidos,
Sor Juana se levantó y exclamó:
Dime, ofensor rapaz,
ofendido de mi desgracia,
¿qué ha sacado tu jactancia
de alterar mi firme paz?
que aunque de ofender capaz…
pero antes de que pudiera terminar su verso
aquéllos la despojaron de su hábito
y comenzaron a ultrajarla salvajemente.

Acuña, su alma ofendida a más no poder,
ante tal desdicha,
arrebató a uno el revólver
para pegarse un tiro en su propia sien.
Por un momento casi eterno
hubo silencio…

Desde el fondo se oyó la anciana
y ciega voz de Jorge Luis Borges:
Cuando los transgresores se hayan ido,
cuando la ley los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.
Lo cual llenó de brío a García Lorca,
quien envalentonado de tono suspiró:
A las seis de la mañana.

Eran las seis en punto de la mañana.

Lo demás era muerte y sólo muerte
a las seis de la mañana.

El viento se llevó las palabras
a las seis de la mañana.

Y una oreja con sangre desolada
a las seis de la mañana.

Las heridas quemaban como soles
a las seis de la mañana.

¡Ay qué terribles seis de la mañana!
¡Eran las seis en todos los libreros!
¡Eran las seis en el área de poesía de la mañana!

Inamovidos por sus bellos vocablos,
fríos y atroces,
lo desnudaron y violaron ahí mismo
igual que a Sor Juana.
“¿A ver quién más, quién es el bueno?”
amenazó uno de los asaltantes.
Cortázar no dijo nada;
se mantuvo en un silencio rebelde
mirándoles con dureza,
pero Calac Y Polanco
andaban por ahí, paseándose
la matera aún humeante,
y ante tanta bajeza y crueldad
comentaron entre sí:
―Vos fijate, Polanco, qué tipos tan más croncos― dijo Calac.
―No, loco, si se ve a leguas que son unos grandísimos petiforros, mirá que hacerle eso al pobre de Federico, él tan pacifista, che― dijo Polanco.
―Y yo te digo que no, que son croncos, basta mirarles esa mirada tan cejijunta, ¿viste?― dijo Calac.
―Aun así, de todos los que conozco, usted es el más petiforro.
―Y usted el más cronco.
―Y usted el más petiforro.
―Usted me toró el zote― dijo Calac.
―Yo se lo toré porque usted me motó de cronco…
―¡Bueno ya! ¡Chinguen a su madre los dos!― terció uno de los asaltantes
y de dos tiros los mató.

Bolaño, que sentía un especial cariño
por aquellos dos cronopios, asestó:
Recuerdo que Huerta me lo decía
y no presté atención.
Ahora estamos en la librería de la muerte
y no hay nada que podamos hacer:
el espacio es una paradoja.
Aquí no puede pasar nada
y sin embargo estamos nosotros.
Apenas robots
Con una misión sin especificar.
Una obra de arte eterna.
“Voy voy voy, bájele de güevos, güey,
¿muy chingoncito, no?”
dijo el más robusto de los bandidos
y de un sopetón le tiró de la boca
el cigarrillo.
Roberto… Roberto alcanzó a propinarle
un jab en la mera quijada
antes de que le tronaran el cráneo
a cachazos los maleantes.

Murió como un héroe, exclamó
un juglar sin nombre.
Mientras tanto, Gonzalo de Berceo
rezaba muy quedo desde su esquina:
El señor que non quiere muerte de peccadores
mas que salven las almas, enmienden los errores,
tornó en estos enfermos de mortales dolores,
que era decebido de malos traidores.

Pero los asaltantes ni caso le hicieron;
miraban retadores a Nicanor Parra,
quien resentido por la muerte
de su compatriota y adivinando su similar suerte,
se dirigió a ellos en tono burlón:
Antes de despedirme
Tengo derecho a un último deseo:
Generoso abductor
quema mis páginas
A pesar de que fueron escritas con sangre
No representan lo que quise decir.

Uno de los asaltantes le contestó:
A ver a ver
tú que eres tan güevudito ven pacá
¿tú te crees que hay libertad de expresión en
este país…?
―Hay― dijo don Nicanor
ay
áááááy!

Atónitos los presentes enmudecieron,
sólo uno,
viejo conocido de la desgracia,
tuvo el valor de levantarse una vez más
y gritar:
Serán los narcos de bárbaros Salinas;
o los heraldos negros que nos manda la PGR.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún poema que en la puerta del horno se nos quema.
Y el poeta… Pobre… pobre!
vuelve los ojos locos, y todo lo escrito
se empoza, como un charco de pulpa, en la página.
Hay golpes en la muerte, tan fuertes… Yo no sé!

“¿Y si no sabes pa qué chingados te levantas, cabrón?”
dijo el que parecía ser el líder.
“A ver si ya se dejan de mamadas.
Nosotros venimos
por el libro de la chava de Rebelde
pa re venderlo en la Lagunilla;
así que ya no se hagan pendejos
y dígannos dónde carajos está.”

En ese momento
los libros se cerraron
y no dijeron más.
La Rana Roja Num. 65 Enero-30-09

Fin

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