martes, 24 de febrero de 2009

POESÍA ERÓTICA EN LA RANA ROJA

Del frondosísimo árbol de la Rana Roja que creció durante 4 años y 70 números, se desprenden más de diez antologías –una por cada sección- todas de escandalosa prosapia. Por lo pronto, en este blog del Club de los Satíricos Mexicanos “subiremos” cuatro: Poesía erótica, paródica y festiva. Además, la de la sección Historias Breves que publicamos desde la Avispa Roja Num. 1 hasta la Rana Roja Num. 66. Por ahí de junio de 2009 esperamos tener impresa la antología que contiene las poesías satírica y escatológica. Después las subiremos al blog.



POESÍA ERÓTICA

Del poeta y periodista José Luis Colín , fundador y director de “La Avispa Roja”.

TESTICULAMENTO



Yo quiero un burdel
donde morir como lo que soy,
un viejo burel
salvado del coso
para coger como semental fogoso
hasta caer ultimado

Yo espero un congal
Donde suspirar
En mi última hora
Con mis compañeros briagos, drogos
Putas, locos, suicidas,
Una vulva en la boca
Y ensartada en la verga otra

Bailando aún
Con las rameras de mi suerte
Con las mesalinas de mi locura
Con las perlas oscuras
De mis poemas calientes

Con las magas lascivas
Que dejaron en mi aliento
El aroma de su fruta prohibida.

A continuación “Jardín sin rosas”, poema sutilmente erótico, escrito (sin la letra e) por el poeta brutalmente erótico Renán Palavés. No disponemos de foto ni cronología.

JARDÍN SIN ROSAS

Allí cantaba a su flor la niña Rosa;
Rosa cantaba a su flor: la rosa roja.
(Roza a la niña la flor y la sonroja;
toca la niña su flor, mas no a la rosa).
Ya la niña marchó...¡Cortó a la rosa!
Hoy, ya no canta a su flor la niña Rosa.
Falta una flor al jardín: la rosa roja.
Falta una flor, no más: la llamada Rosa.
Sabia la flor marchitó su vida rosa.
Llora la niña a su flor...¡Murió la rosa!
La Rana Roja Num. 12 Agosto-30-06



Del poemario El libro rojo de Xorgeres (“Ediciones Mester”, 1981), de Xorge del Campo (1945-2008), ofrecemos ahora cuatro sentidos poemas cantados a las putas.








A modo de epígrafe, abre con un poema de Pietro Aretino:

Este, en verdad, no es libro de sonetos,
églogas, epitafios o canciones;
el Sabbazaro, el Bembo aquí no ponen
ni líquido cristal ni florecillas.

Aquí no dice el Bemia madrigales;
mas se ofrecen innúmeros carajos,
a los cuales replican coño y culo
cual la caja responde a los confites.

Aquí, gentes jodidas, rejodidas,
anatomías de coños y vergas
y almas perdidas en los hondos culos.

Aquí se coge, y en posturas tales,
que ni aun en Poste-Sisto las creyeran
posibles las putescas jerarquías.

En fin, locura fuera
el desdeñar bocados tan sabrosos.
Y el que no coja, que Dios lo perdone.

Y desplegamos el pokar de ases:
-1-

SI SUYO EXENTO, POSEÍDO

Ramera jodidita
mi amante de otro cliente
la fetiche confusa
Del amante mi tarifa/ fénix!

Bámbora catalpa flores de luz visca
pero su clítoris que es potencia de negra...
¡Oh! ¡Oh! ¿qué voy a hacer, vanidad
si tengo su vientre como una calabaza
de hondura anaranjada preñada?

Soy débil:
mis manos se bañan entre sus piernas
y a sudores
y en vaporcitos...
oh! me derrito.

Soy débil,
por eso me besan los talones.

-2-

ASUMISION

Si tu sexo dio fe salvaje de que existen
las brujas
yo no me escabullo a la magia.
Hago que mi sensibilidad me convierta
en drácula de tu sangre, mesero de tu resentimiento,
un hombre de folletín, del XVI,
señor de recogimiento y marido honorario...

Pero súdame, cuerpo mío; líbrame de todo odio
porque literatura en esta raza
fue mi amor sin embargo realista,
pues quiso para su púbica intimidad
la suculencia de las carnes propagandísticas.

-3-

INVOCATIVO O TORRIDO

Vengo de sentir que los hombres te masturban
(en la noche enrojecida,
mujer lastimada que te abres y no calientas,
ángela del cabaretucho Diablo que en llamas y no quemas,
pintada que sexas sin lujuria
(y no conoces cama propia
ni hogar leal compañero:
un hombre que te ha amado te invoca.

Ramera noche o de mañana, ¿dónde está tu padre?
¿dónde cabaretea tu madre? ¿quién te ha querido
(platónico después de la caída?

”Yo soy mi madre, yo soy mi padre; amo sin dejar huellas.
Un canallita la prostitución me ha engendrado,
Las impotencias no son mis culpas,
(me tarifo o me regalo”.
Hembra, o mejor lámpara que por dinero
iluminas ebrios y desesperanzados,
mariposa sin zumo, cosa sin cuerpo dueño, manoseadísima,
escucha mi vómito: un hombre que has abandonado te invoca.

-4-

DANZA Y SORTILEGIO

Las caderas del Diablo, ardientes ardientes
son las caderas de Laura.
Todos los ebrios erectaron sus pechos,
fornicaron por su camino, la selva de su clítoris
se llenó de Tarzanes,
el deseo taló sus rodillas, el sexo trabajó bien,
la flor cayó del pubis destilando sangre...
Los borrachos últimos han tomado los restos carnales
y laboraron bien las escorias .
La golfa convirtió en ramera a la serpiente.
Su hotelucho adquirió un gallo venéreo,
la soledad del gris amanecer, un perro;
sus diálogos: cachorros.
¡Abrete sésamo del coito!
Todos los alcohólicos que la poseyeron
tienen la conciencia tapiada con esparadrapos
Sólo conmigo
(sobrio, por milagros de mañanas xorgeras)
se hizo noches de guardar sexo.
La Rana Roja Num. 13 Septiembre-19-06


Del mismo Xorge del Campo una selección de El Diablo Eros ( Ediciones Luzbel, México, 1983):

LOS FRUTOS DE EROS

Suculenta y ardientemente mía
te extiendes a mi lado
para inaugurar la cópula
y comienzas por rozarme con tus racimos
(de carne, procaz y desnuda
como si moralmente ya no supieras nada,
como si eróticamente ya no ignorases nada.

La palabra falo
es un pájaro risueño en tus manos,
tus labios sólo saben abrirse a la delicia,
tus caderas reinan en el arcoiris,
tus pechos únicamente tienen memoria de
(la llovizna.

Soberana del coito
la luna es tu daga púbica,
la noche escurre de tu axila,
te llamas arena del mar en el ombligo.

Yo soy un puñal de peces en tus muslos,
capricho cabrío en tus tetillas,
aviesamente lascivo.

Tu sexo sólo huele a mi sexo…
Ah, me vuelvo olfato del tamaño de tu
(concupiscencia,
nuestro semen combate en lid de floretes,
ya estocado el acto carnal,
ya la desvanecencia.
-2-
Ah, la cama es musa que relincha…
hay rumor en tu pubis que me incendia,
la cópula enloquece a las campanas,
los relámpagos se dan cacería con el carcaj
(de Cupido,
suculenta, ardientemente mía.
La Rana Roja Num. 32 Octubre -20-07


Eusebio Ruvalcaba, en cuyo libro más reciente titulado El frágil latido del corazón de un hombre (Ed. Nula, 2006), hemos hallado grandes semejanzas de inspiración, como en los 3 poemas que ofrecemos a continuación que nos conmovieron profundamente por su ternura:
Eusebio Ruvalcaba nace en la ciudad de Guadalajara, México, en 1951.
PIENSO EN MI PADRE

Pienso en mi padre. Tuvo
un error: yo.
Lo estoy viendo: penetrando
a mi madre, depositando
su leche tibia, viniéndose como
un perro, eyaculando como un borbotón.
De esa noche nací yo. Seguramente
tenía cervezas y tequila bulléndole
en la sangre, su verga enhiesta
y la energía de un león. Seguramente
sus músculos estaban tensos
y exhumaba palabras de amor, provenientes
desde las cavernas más profundas,
y palabras tiernas y le diría a mi madre:
eres una puta, Carmela, eso eres.
Pienso en mi padre.

PIENSO EN MI MADRE

Pienso en mi madre. Tuvo
un error: yo.
La estoy viendo: calentando
a mi padre, mostrándole su culo
y su sexo: jugoso,
travieso, como un changuito.
Seguramente había tomado ron
y mi padre se embriagaría de su
aliento. La estoy viendo: conduciendo
la verga de mi padre a su sexo.
enterrándole las uñas en la espalda,
metiendo su lengua en la boca de
Mi padre, y diciéndole: vente, Higinio,
papito, vente. De esa noche nací yo.
Pienso en mi madre.

LO QUE UN ESPOSO SIENTE
POR SU ESPOSA

Cuando mi mujer se viste
me gusta meterme debajo de las cobijas
y espiar.
Entonces miro.
Cómo se pone el brasier
y la tanga y las medias.
Y la verga se empieza a parar.
Poco a poco. A parar.
Se me va parando como un aullido
que naciera
desde una garganta animal.
La más terrible garganta animal.
Ella, sin dejar de sonreír, se pone unas gotas
de perfume en los senos,
en los muslos, en las nalgas.
Yo me saco la verga
y me masturbo.
Agradezco a Dios –y lo digo con todo respeto-
que me permita esos instantes
de felicidad y arrobamiento ensimismados.
La Rana Roja Num. 14 Septiembre-30-06

También de El frágil latido del corazón de un hombre, el siguiente poema:

NO LO LEAS, CARAJO, NO LO LEAS

Hoy en la noche quiero ser tu puta, dices.
Y entonces reviso mi cartera.
Te cito en un
bar, cualquier bar,
da lo mismo.
Te cito en un bar, nos tomamos tres o cinco rones
y nos vamos al hotel.
Te desnudas para mí.
No, no te desnudas para mí.
Así te desnudas para todos.
Te desnudas y te monto.
O me montas.
Es igual
cuando te vas abro tu bolsa
y pongo un billete, dos billetes.
Lo que se le paga, a una puta de esquina.
Para ti es suficiente.
Te vas feliz.
No sabía que escribías libros,
dices, con un libro mío en la mano.
La Rana Roja Num. 38 Enero-16-08



De la poeta Lucero Balcázar cuya debilidad confesa son los negros. Abomina de la discriminación racial.
Lucero Balcázar

MUCHACHO

vendes carne
y a mi me encanta
ir a ver
no la carne de tu aparador
sino tu carne
y sobre todo
esas nalgas tuyas
que son de primera

me turbas
tras el mostrador
te sonrojas
y aprovechas al darme el cambio
para rozar mis dedos
estos dedos que ahora te escriben
pero que en realidad quisieran
un dia ir a tu carnicería
y despacharse así
con cuchara grande
un abrazo
aunque sea un abrazo
de esos músculos tuyos
que tanto me tientan


TASAJO

insinuas que andas como burro
en primavera
"¿me entiendes muchacha?
que me vas a entender
tú sólo sabes de libros
observándome siempre
detrás de tus lentecitos..."

que con esa ropa
se ve a las claras que no me gusta lo corriente
menos el "chito"


TERNERITA

como para cobrar distancia
una mañana me llamas "señorita" pues aclaras
"aún eres flor en botón pues todavía
no has tenido hijos
como quien dice "tiernita...ternerita"

te pido pluma y papel
me dices que sólo a eso voy
a ver qué te saco
te toco un hombro
--¿de qué te enojas--te digo--¿acaso no vives
tú de los bueyes?

te burlas y sigues con eso de que beber
sangre caliente es la vida
pues te conservará eternamente joven
musculoso
cortado

vivir de los últimos suspiros me hace
grande...
ay lucero de la mañana
préstame tu claridad
La Rana Roja Num. 28 Julio-30-07


EL SUEÑO DEL CLÍTORIS Siempre es igual mi cuerpo duerme mientras el clítoris te piensa




Y de mi libro CORTO Y QUEDA: ÉPOCA DE ORO Desde la época de oro del cine mexicano La Diana Cazadora ha alimentado todos los sueños de los enamorados de Reforma




CINE NEGRO Negro tú no tienes boca sino una fruta que con cada estación cambia de sabor
CORTOLARGO, LARGO XXX Por horas y horas me olisqueas las piernas ¿acaso buscas el olor infinito entre la selva de metáforas?




CINEFILA Quítale a un adicto de tajo sus sustancias y lo matas Y entonces me pregunto: ¿Qué hago yo, rota dividida (en esta pelicula que me toco vivir) sin la otra mitad de mi sexo. Caminando ahora n Netzahualcoyotl o en cualquier otra parte de la Ciudad de México? Cuando una se obsesiona por un negro deberían de dar al menos unos dias de luto Pues asi se siente mi alma y no se diga mi carne. ¿Cómo se siente la tuya, Negro Loco, allá en nuestro rodaje eternamente inconcluso..?




La Rana Roja Num. 34 Noviembre-20-07

TRES DE PENTÁCULOS

Sobre la piel de Loco
He escrito dibujado
Ido y venido
Poemas estrellas

Mi casa fue
Sus entrepiernas

Tu falo
Fue mi micrófono
Mi lápiz
Mi pincel
Con tinta de semen
(Y peor locura
es la de no arrepentirse
aunque el orgullo
nos esté tragando)
Y sin embargo tú
Fiel a tu oficio sientes que la virgen te habla
e impávido vuelves a mirar al cielo
La Rana Roja Num. 42 Febrero-17-08


De Salvador Camelo compuesto a los negros ojos de un apuesto y fortachón carnitas:

OJOS NEGROS

En el mercado de Medellín
allá en la Roma
en La Sorpresa
nos asombramos al encontrar
al carnicero de los ojos negros.

Por fortuna
él no es un malviviente
y para consuelo y regodeo de la
vida
él es un bienviviente
¡Viva Dios redivivo!
La Rana Roja Num. 28 Julio-30-07


De nuestro amigo y colaborador Roberto Reyes, este poema electrónico:


INTERNAUTA

Exploro por medio de Internet
el desierto inconfundible de tu cuerpo
acaricio el vellocino
nocturnal de tu epidermis,
y me abres un mundo de oportunidades
penetro en el umbral
de tu divina enseñanza,
apago la página de Internet

y atrapados quedamos
en las oscuras ondas del silencio.
La Rana Roja Num. 29 Agosto-30-07



LA “O” POR LO REDONDO

La primera vez que debuté
lo hice involuntariamente,
fue una de esas veces
que imponen los amigos
para descubrir el perfil
del imberbe adolescente.
Llegamos a la calle de Burdeos
donde las matronas
esperan al paciente
vestidas de un modo estrafalario,
flores marchitas del yacer constante,
empleadas del oficio más antiguo.
La dilecta suripanta
me urgió a que yo entrara,
y sus ansias no era otra que la paga.
Adentro del idílico santuario
yo temblaba de pavor
como en el año ochenta y cinco.
En segundos me dejó sin prendas
incluso me acostó en la cama
inocente de mí
presumí, que lo hacía por mis encantos,
su prisa atender a otro cliente.
Me auscultó someramente,
como una Salomé desnudó a la noche
y dejó al intemperie
un mapamundi de oportunidades,
con felina acción cubrió mi cuerpo
sentó y asió mis pectorales,
inicio un movimiento oscilatorio
el mío fue trepida torio.
Y como no quiero entre ustedes
una acción orgásmica
les diré que así fue que conocí
por primera vez la “O” por lo redondo
e infinitamente también por lo profundo.
La Rana Roja Num. 34 Noviembre-20-07




De El poeta regañado por la musa (Almadía, México, 2007), este delicado poema de Héctor Carreto, con sabor a chocolate suizo.


CHOCOLATE AMARGO
Quítame la envoltura.
No abras tus labios para hablar
sino para el goce.
Soy un chocolate amargo
y cuánto placer garantizo.

Tienes esposo, lo sé.
Pero no tienes por qué enterarse;
con una barra en la boca
no podrás soltar palabras que delaten.

No seas tímida, apaga la luz,
Con pulgar e índice sostén mi cuerpo
y húndeme en tu pozo húmedo.

Te sugiero no usar los dientes,
ambos sentiremos mayor placer
si tu lengua me disuelve sin prisas;
ambos gozaremos si yo
líquido espeso, embarro tus cavernas.
La Rana Roja Num. 37 Enero-8-08



Guardado teníamos un poema de Mónica Gameros para una buena ocasión. ¿Mejor que ésta? ¡Ninguna!




S I L E N C I O
Guardas silencio y te descubro menos hábil que un imbécil.
Tus ojos divagan en muecas de torpeza;
tu sonrisa, ausente, se esconde pudorosa y mojigata.

Pregunto la causa y recibo otro silencio alargado,
diluido en frenéticas horas de abundante ansiedad.
Tanto silencio me asusta.
Ojala pasara un halcón y te sacara la lengua.
Olvida los segundos y fantasmas del pasado, ¡Mándalos a la mierda!
de todos modos ya están muertos.

¿Cómo es que te recuerdas a ti mismo en todas mis historias?
Te conocí ayer, no antes.
¿Por qué te afligen entonces los sudores y los olores de mi gozo?
Si todos están olvidados por mí.

Deja de levantar la mirada sin contestar a mis preguntas. Dios no existe.
No bajes los surcos de tu frente, el diablo nunca besa.
Deja las dudas y los celos en el cajón de las copias del fax.
Aprisióname contra ti y cerciórate de que Yo, Sí Existo.
La Rana Roja Num. 46 Marzo-20-08


De Xorge del Campo, a punto de fallecer:


PARADISA 7
Paradisa que acaricias amplia,
angelosa en mí, sin temblores,
con sonrisas cuajadas en el tacto,
con toda la lujuria suave en un instante
dadivoso de senos palpitantes,
y te abres en carne de belleza,
curva, esferal, tensa e infatigable
para los labios mayores y menores,
para recorrerla despacio
e ir lamiendo sus pechos, sus muslos
y caderas a la noche,
y en el momento del desfallecimiento
quedarse como un río
Donde las aguas perdieran su combate.

Ah, Paradisa que no pide coitos despacio,
(ni de prisa
sólo libertad, porque en mi sangre brota.
ella, y se muere en mi vida
y es el cadáver que yo dejo.

Ah, Paradisa
en mi carne que es presa de su carne,
vibración que me saca de las gotas
todas las aguas de mi piel
Y locos estamos copulando, lubricándonos
(el cuerpo
con su pulgar, con su meñique,
y los cuatro horizontes que la tocan,
la ambarean, la repiten en cópula y deseo
me sacan la lascivia de mi muerte.
La Rana Roja Num. 52 Junio-15-08




De Jota Siroco, extraído de lo más profundo del espacio cibernético, no tenemos datos:

ODA A PRIAPO

-1-
Este falo capón que ves ahora capullo de algodón ya sin sentido fuera otro tiempo verga vibradora.

Fuera otrora magnífico badajo,cucaña, mástil, espolón altivo...sin rodeos, mi amor, un buen carajo.

Este morcón con aires de morcilla nació caña de lomo y fue chorizo enhiesto cual Giralda de Sevilla.

Monstruo sedente hoy, en horas bajas,no queda a su placer otro destino que el lúbrico manubrio de una paja.

Compadecióse ella del otoño,cayó la falda, le mostró el chumino y a Prìapo dejó besarle el coño.***


Lo siento entrañables políticos pero esto no es un mitin,no estáis en vuestra salsa:Se viene a hablar aquí de cosas verdaderas,de sangre, piel y cuerpos.

Se viene a hablar aquí de libertades.Ni una sola promesa,ni una urna,ni un voto,ni una simple medallanos cabe en un poema.

Lo siento, pues, entrañables políticos,no estáis en vuestra salsa.Pero...yo estoy dispuesto a cambiaros mi atril y mi tarima,si, sólo una vez,por una sola vez-!qué poco os pido!-subís aquí a decir la verdad.
2.-
No soy un Caballero Mutilado,como llamaba Franco a sus despojos.Por socialista y viejo camaradasoy un jodido cojo.
3.-
Os aviso esto podría convertirse en un poema de amor.!Huid del peligro!No hay nada más infame que un poeta narrando sus desgracias,sus insoportables ausencias.

No hay nada más falso que los imposibles amores de un rapsoda.!Ay de vosotros si llegáis a creer ni una sola de sus palabras!Habréis caido en su red y para siempre.

Los poetas, desgraciados ellos,pintan grandes pasiones que nunca vivieron porque esas, mis queridos amigos,nunca se dejan escapar.Os enseñan el camino del llanto.Yo os aconsejo, si en algo estimáis mi palabra...!Huid del poeta como de un acreedor!

Veis, esto se ha convertido en un poema de amor:No encuentro otra forma de decir que os quiero.

La Rana Roja Num. 56 Agosto-15-08




De Nicolás Fernández de Moratín (Madrid, 1737-1780).Ed. La Máscara (¡Malditos heterodoxos!). Valencia, 1999.

ARTE DE LAS PUTAS (extractos)

HERMOSA Venus que el amor presides,

y sus deleites y contentos mides,

dando a tus hijos con abiertas manos

en este mundo bienes soberanos:
pues ves lo justo de mi noble intento

déle a mi canto tu favor aliento,

para que sepa el orbe con cuál arte

las gentes deberán solicitarte,

cuando entiendan que enseña la voz mía
tan gran ciencia como es la putería.

Y tú, Dorisa, que mi amor constante

te dignaste escuchar, tal vez amante,

atiende ahora en versos atrevidos

cómo instruyo a los jóvenes perdidos,
y escucha las lecciones muy galanas

que doy a las famosas cortesanas.

Mas ya advertido mi temor

prediceque al escuchar propuestas semejantes

tu modesto candor se escandalice;

pues no, Dorisa bella, no te espantes

que no es como en el título parece,

en la sustancia esta obra abominable.
[...]
A mi Musa también decir le agrada

dónde hay la provisión más abundante.

La famosa bodega del Chocante

y otras muchas, están despatarrando

mil mozas con el néctar dulce y blando
que da el manchego Baco a sus gaznates.

La gran casa también es bien que trates

a quien Jácome Roque dio su nombre,

y entrando en ella no saldrás para hambre.

Los barrios del Barquillo y Leganitos,
Lavapiés bajo y altas Maravillas

remiten a millares las chiquillas,

con achaque de limas y avellanas;

salado pasto a lujuriosas ganas.

También alrededor de los cuarteles
rondan los putañeros más noveles

las putas mal pagadas de soldados,

pues en Madrid hay más de cien burdeles

por no haber uno sólo permitido

como en otras ciudades, que no pierden
por eso; y tú, Madrid, nada perdieras,

antes menos escándalo así dieras.

Pero, ¿de qué me admiro

que en serrallos no se gaste el dinero,

cuando ha habido sujeto tan sabiondo que decía
que para nada a la nación servía

la Academia Española? Yo a mi cuento vuelvo,

y no siento el haberme distraído.

Ni le pesará al chusco haber venido

debajo de la Real Panadería,
donde chupando sin cesar cigarros

los soldados están de infantería:

verá allí a la Morilla, a la Mellada,

y ¡oh Juanita! serás también cantada

de mis versos; ¡qué chusca estabas antes
de haber tantos virotes ablandado,

que te encajaron de asquerosas bubas

y en un portal baldada te han dejado!

A las chicas también que venden uvas

por las calles, embiste y logra caza
de la Cebada en la espaciosa plaza,

al tiempo que ya vaya anocheciendo,

y allí como dos líos de colchones

dará sus grandes tetas la Ramona.

Tú también, Puerta y Puente Toledana,
franquear soléis el paso a la Gitana,

y ella a los concurrentes su persona.

¿Quién niega de burdel la gran corona

a la barranca fiel de Recoletos,

las Arcas y la Fuente Castellana?
En el hoyo vi yo a la Perpiñana,

a vista del camino de Hortaleza

plantar nabos con tanta ligereza

que una tarde arrancó y plantó hasta ciento.

No dejarán tu miembro descontento
las camaristas chicas del famoso

Paseo Verdegay de las Delicias

la Rosuela, Caturria y Medio Coño

(llaman así una moza del trabajo,

y en verdad que aunque chico, él es entero),
te harán venir el golpe a cuatro vientos.

Y si de andar te hallares con alientos,

el soto de Luzón a la Pelada

te ofrece junto a un árbol recostada.

No callaré tampoco los nocturnos
pasatiempos que da también el Prado,

vi clérigos y frailes embozados

amolar la Vicenta y la Aguedilla

y por los granaderos maltratados.

Mas sólo con andar toda la Villa
encontrarás remedio en los portales

desarrugando un poco tu resmilla.

Supongo que continuo armado

sales del condón, tu perenne compañero,

y así no ensuciarás los hospitales.
La calle Angosta que frecuentes quiero,

con la Ancha a quien su nombre dio Bernardo,

ni en la de Fuencarral has de ser tardo,

o en la que al forastero hace notoria

de Jacome de Tezzo la memoria.
Los vecinos que habitan la alta calle

que acuerda el lugarcillo de Hortaleza,

están hechos a hallar en sus zaguanes

cuatro patas a oscuras. Se tropieza

y se pasa tragando, callandito,
envidia y miedo, de ambos un poquito.

De Jerónimo el Magno en la Carrera,

en la Puerta del Sol todas las noches,

y en la calle también de la Montera

al son de los chasquidos de los coches
se enfalda la salada Calesera,

la basquiñuela, que al revés se pone

de miedo de emporcarla tantas veces,

y la Rita, arrugando en mil dobleces

la mantilla y las sayas que hace almohadas,
aquella a la cabeza, éstas al culo,

con la una mano y grande disimulo

te toma los testículos en peso

y al verte absorto, con el rabo tieso,

dirige a su bolsillo esotra mano
y de raíz te arranca si no aprietas

con tus manos las suyas, y sus tetas.

Y en fin, todo Madrid al ser de noche

le da a un hombre de bien mil portaleras,

y aunque pobres, no gálicos infieras
que albergan en sus ingles: más seguras

que las de rumbo son: éstas no tienen

de Holanda y de Cambray las blandas mudas;

con todos sus males a los ojos vienen

sin que oculte el engaño la limpieza,
pues nada disimula su pobreza;

mas si ésta le fastidia a tus intentos,

oye a mi Musa nuevos documentos.
[...]
PORQUE, según el género de caza,

dispone el cazador las prevenciones;

no echa a los fieros lobos los hurones,

ni dispara a las tímidas alondras
con balas de cañón de artillería,

que aquello poco y mucho esto sería,

y así son menester astucias nuevas,

si a la Marcela o chusca Sinforosa

de tu amor quieres dar líquidas pruebas,
o a la Isidra que ostenta vanidosa

por su cotilla aquel gran mar de tetas

donde la vista en su extensión se pierde

y mueve tempestad en las braguetas;

o si echar a perder un trigo verde
quieres con la Torre, santificada

con el miembro del clérigo que espera

fruto de bendición, encarcelado

por esto y por hallarse lo guardado;

o si a la Coca o Paca la Cochera
con tu virilidad atragantarlas

la garganta de abajo boca arriba;

o bien si de la Cándida muy seria

te quieres arrastrar por la barriga.

Vosotras, madre e hija, las Hueveras,
en mi canto también seréis loadas,

y no menos vosotras, las Canteras,

y la Roma, con morros abultados,

y el esponjoso empeine muy peludo

almohadón a los miembros ya cansados.
Ni dejarán mis versos en silencio

la Antonia de ojos negros, que reciente

de mi amorosa herida aún se resiente;

ni a la Marina, ni callar yo quiero

la Alquiladora que estafó a Talongo,
ni a ti, la escandalosa Policarpa,

que te hacen más lugar que a un aceitero.

No puedo menos de aplaudir, Carrasca,

el acorde vaivén de tu galope;

ningún miembro por grande se te atasca,
¡Oh Carrasca, blasón de las pobretas,

de grandes muslos y pequeñas tetas!

Ni serán de mis Musas, no, cantadas

la Teresa Mané que ha cuatro días

salió de Antón Martín de carenarse,
la Felipa y majísima Nevera,

Luisa, Giralda, y tú, Caracolera,

y la Narcisa, célebre gitana,

y la Carreterota, catalana.

También la Vinagrera que de gusto
tanto tiempo sirvió a su señoría;

pero aunque el arte de la putería

no tuviera más bien que haberme

dado la Alejandra una noche en matrimonio,

que luego a la mañana fue anulado,
eternamente yo lo celebrara.

¡Qué empeine vi, qué pechos y qué cara!

Pero dejemos esto, que escribiendo solamente,

me estoy humedeciendo,

y ¡oh Pepita Guzmán! a ti me vuelvo.
A cualquier fraile la flaqueza absuelvo

de ahorcar por ti los hábitos;

disculpa tienen los que por ti se estoquearon,

mas no de que los dos no se mataron.

Primero el astro que a la luz preside
faltara al cielo, que mi verso olvide

¡oh Belica! tu gracia y tu belleza;

miente la fama que a decir empieza

que es tu amor sabrosísimo homicida;

no es sino capaz de infundir vida.
Las putas mienten con decir que matas,

Dios guarde al que bien sabe que es mentira.

Por desacreditarte y comer ellas

tal voz esparcen; mas tus carnes bellas,

el alto empeine y su penacho bello
de negro pelo y tu mimado halago

embelesa al que logra merecello.

No lo logró el presbítero taimado

por más que hizo; rabió de envidia

y celos, te acusó de un delito impune

en otras y por tu gran presencia,

a la Galera el baldón le mudó

de horrible en fiera, donde,

aunque allí mil fueron sentenciados,

fueran muchos, mas pocos los forzados.

Bien sé yo, aunque eres puta, tus virtudes,
que bien cabe virtud en una puta;

y así no querrás tú que haga injusticia

con mi silencio a la Poneta-y-Pona

que por treinta dineros a un viejo

le entretiene con blanda y dulce risa,
con genio juguetón, chiste y gracejo,

que en esto se parece a mi Dorisa.

Mas ¿dónde, arrebatado, haciendo

alarde del batallón de Venus, me transporto?

¿Cuál ingenio será que a tanto baste?
La Rana Roja Num. 51 Junio-1-08

FIN


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